La importancia de la poda en el cultivo del olivo

Los que dedican su vida a trabajar el olivo saben a ciencia cierta que a lo largo de su carrera profesional se tienen tantas experiencias diferentes como campos de olivo se visiten. Cada cultivo es un mundo en sí mismo y debe ser tratado como tal.

Sí existe un elemento en común que se encuentra en todos los campos y cultivos: una poda bien ejecutada es indispensable para asegurar el éxito de cualquier olivar.

El control de plagas y enfermedades, el riego y la buena fertilización no sirven de nada si los árboles no se podan adecuadamente. Un buen trabajo de poda garantiza casi al 100% que se obtengan los resultados esperados. Además, al tratarse el olivo de un cultivo bienal, los errores de poda que se cometan hoy se verán reflejados durante los próximos dos años. Una poda mal ejecutada aumenta los problemas de enfermedades como el repilón y plagas como la Euzophera Pingüis, entre otras.

Un olivo bien podado es sinónimo de longevidad, ya que así se garantiza la relación hoja-madera: el adecuado equilibrio que debe haber entre la cantidad de hojas que se dejan y las madres del olivo. Un desequilibrio en esta ecuación puede afectar mucho a la productividad y contribuir a una mala iluminación del árbol: un exceso de luz conllevaría la formación de chopos y un déficit reduciría su productividad.

Pablo Ortigueira, Master of Sciences en Olivicultura y Elaiotecnia por la Universidad de Córdoba y técnico asesor de olivares.

El principal reto de la poda del olivo en la zona de Lleida es encontrar especialistas que lo hagan adecuadamente. Se trata de una zona de larga tradición agrícola donde las cosas tienden a hacerse «como toda la vida», y la poda no es una excepción. Hay ciertas creencias que no son ciertas y técnicas con las que se debe romper de una vez por todas. Se necesita mucho tiempo de formación y práctica, así como mucha supervisión durante la ejecución.


El olivo es el cultivo más difícil de podar. Cuando se poda un viñedo, por ejemplo, al cortar se ve claramente dónde saldrán los nuevos brotes. En el caso del olivo no es así: quien poda es el encargado de dirigir la planta hacia la dirección que le convenga según sus objetivos. Además, se debe tener en cuenta que cada olivo es un mundo: no es lo mismo podar un olivo de secano que uno de regadío, ni una explotación tradicional que una en superintensivo. Dependiendo de la edad, el tipo o las características del cultivo debe aplicarse un método diferente de poda.

En conclusión, lo que se debe buscar es un olivo podado adecuadamente cuando sea joven para poder conseguir buenos rendimientos. Cuando la producción se planifica desde sus inicios, es más fácil que tengamos éxito. Los errores en los primeros años del árbol se pagan caros.

En El Segrià ETT trabajamos con Pablo Ortigueira, Master of Sciences en Olivicultura y Elaiotecnia por la Universidad de Córdoba y técnico asesor de olivares. Contáctanos al 621190578 y empieza a aprovechar al máximo tu explotación de olivares.

 
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