Las zonas rurales de España, especialmente aquellas marcadas por la despoblación, enfrentan desafíos significativos para su crecimiento y desarrollo económico. Estos territorios, a menudo ricos en recursos naturales y tradiciones, luchan contra la pérdida constante de población y la falta de oportunidades económicas. Un ejemplo destacado de esta lucha es nuestra comarca, el Segrià, donde catorce municipios han decidido unirse en un esfuerzo colaborativo para revertir esta tendencia. Hace unas semanas presentaron en Seròs un diagnóstico profundo que destaca la necesidad urgente de tomar medidas para evitar que la región siga perdiendo habitantes. Este consorcio de municipios no solo comparte desafíos comunes, sino que también demuestra una determinación colectiva para abordarlos y revitalizar la economía local.
Según indica el diario Segre, los municipios de Seròs, Massalcoreig, La Granja d’Escarp, Aitona, Torres de Segre, Almatret, Maials, Llardecans, Torrebesses, Sarroca de Lleida, Sunyer, Aspa, Alfés y Alcanó, que representan una suma de menos de 12,000 habitantes y ocupan una porción significativa del Segrià, se han enfrentado a una disminución del empleo, agravada por factores como la automatización y las inclemencias climáticas.
La respuesta a esta situación es la creación de un consorcio que busca generar empleo, transformar la economía y atraer nuevas oportunidades a la región. Con el sector primario dominando la economía —la agricultura representa entre el 34 y el 47% del empleo—, fomentar la agricultura es fundamental, pero la falta de industrialización plantea la necesidad de una estrategia integral que diversifique las fuentes de empleo. Hay una gran necesidad de diversificación y crecimiento en otras áreas económicas. Con la creación de este consorcio, estos municipios del Segrià están decididos a transformar su modelo económico y afrontar con determinación los desafíos que enfrentan.
El consorcio, gestado durante el último año y medio, refleja un esfuerzo colaborativo que trasciende las barreras políticas para abordar problemas sistémicos. Desde la creación de una agencia de ocupación hasta la diversificación de la actividad económica, los municipios están decididos a replantear el futuro del Segrià.
Este proyecto no solo es un ejemplo para la región, sino también para otras zonas rurales de España que buscan transformar sus desafíos en oportunidades y revitalizar sus comunidades. Se trata de un paso vital para revitalizar una región donde el sector primario domina la economía, pero con escasa industrialización.
